segunda-feira, julho 23, 2018

“La lectura obligada para después hacerte un examen sobre el libro:ese tipo de prácticas es lo peor que se puede hacer” - El Diario de la Educación

 
Cristina Novoa, Rede de Bibliotecas Escolares Galega, 2018
Si algo tenemos que hacer los maestros es contribuir a que los chicos salgan del sistema con un dominio suficiente para saber expresarse de manera autónoma, tener sus propios pensamientos y ser capaces de codificar y entender los mensajes que les llegan teniendo una mínima idea, no solo del contenido que tienen, sino de dónde reciben esos mensajes (un periódico, una película, un libro) y qué intereses tienen detrás. Que nadie se sienta manipulado por no tener suficiente dominio del lenguaje oral o escrito. El fomento de la lectura y de la lectura literaria es imprescindible que sea con textos de calidad. Necesitamos textos que nos conformen como personas. Hacerlo con textos banales, que no dicen nada y solo repiten frases estereotipadas o conceptos cómodos para la sociedad o el sistema, tampoco sirve de mucho. Siempre propongo que mejor poquitos libros, bien elegidos y en actividades que sean significativas.
Mantener la curiosidad. Y cuando me refiero a textos también digo el audiovisual. Si una familia en vez de leer está viendo la tele, una serie, hay formas para conseguir una aproximación crítica a esa serie. Luego hay un momento en el que se abandona al crío porque ya sabe leer. Lo que funciona es que hay que seguir acompañando al adolescente en la lectura. No leerle por la noche, no lo va a aceptar, pero sí hablar de libros en casa, igual que se habla de fútbol o de una noticia local. Se puede hablar del último libro que se han leído o por qué han cogido tal libro de la biblioteca. Acudir a la biblioteca, sacarle el carné. Ir a una ciudad y hacer una visita a la biblioteca, ir a la Feria del Libro, que el libro y la lectura estén presenten en la vida familiar igual que otras cosas. Lo que estamos viendo es que los adolescentes necesitan seguir siendo acompañados en compartir experiencia lectora. Hay que hacerlos consumidores activos de lectura. En los regalos que siempre haya un libro y el niño vaya haciendo su biblioteca personal. Nunca obligar a la lectura es una máxima. Todas las actividades que incluyen el vínculo afectivo favorecen lo cultural. Lo que se vive como una obligación no funciona.


Vale mesmo a pena ler toda a entrevista. Fresquinha, fresquinha...

“La lectura obligada para después hacerte un examen sobre el libro: ese tipo de prácticas es lo peor que se puede hacer” - El Diario de la Educación

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