Os passos a que ando, um atrás do outro, como as letras em carreirinha, do fim para o princípio.
domingo, fevereiro 03, 2013
Shakespeare y el calamar
Shakespeare y el calamar
Hace ahora cuatro años que se publicó en inglés un libro esencial: Proust and the squid. The Story and Science of the Reading Brain, que fue traducido al castellano, enigmáticamente, por Cómo aprendemos a leer : historia y ciencia del cerebro y la lectura. El libro pasó entre nosotros complemente desapercibido, hasta el punto de que hoy resulta inencontrable. En todo caso, me viene a la memoria el trabajo de Maryanne Wolf porque su título evocaba el efecto que la lectura profunda de un texto de Proust podía causar sobre el cerebro. Neurolingüista, demostraba por medio de las resonancias magnéticas, de qué manera se estimulaba el cerebro en el ejercicio de la lectura silenciosa, concentrada, atenta y sucesiva que exigía un texto tan exuberante y exigente como el de Proust. Wolf llamaba la atención sobre el milagro que se producía en un niño cada vez que aprendía a leer, porque se embarcaba en un proceso genéticamente indeterminado por medio del que acababa desarrollando algunas de las capacidades intelectuales de alto nivel más esenciales del ser humano. No es que negara, en ningún caso, la suma importancia del desarrollo de nuevas competencias digitales en un ecosistemas informativo que las exige, sino que nos recordaba que no convenía olvidar que buena parte de nuestras competencias y capacidades provienen del ejercicio sostenido de ese tipo de práctica lectora. Ella lo denominaba cerebros bitextuales, cerebros capaces de leer en profundidad un texto largo y complejo, siguiendo y comprendiendo su argumentación lógica, y cerebros capaces de construir el sentido de un mensaje por medio de la consulta y la adición de múltiples fuentes dispersas en la web. (...)
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